Cuando miramos la evolución del ser humano sobre la tierra,
desde el homo sapiens hace 120000 años, ¿ que es lo que ha hecho? Si miramos
los resultados hoy día, ha destruido la tierra, con su cerebro, del que piensa
que está dotado de una grande inteligencia.
Desde el principio de los tiempos, el homo sapiens ha destruido miles de
seres vivientes.
La explicación de esa constatación, se encuentra en la
animalidad que impregna dos de cada tres partes del cerebro humano. El cerebro rectilíneo, que dirige el cuerpo
físico y la vida instintiva, da lugar al instinto de propiedad
(territorialidad) al egocentrismo, la avidez,
la competición, la agresividad... el cerebro límbico, que dirige la vida
emocional con sus humores, sus sentimientos, sus deseos y su búsqueda de
placer, es responsable del miedo, los celos, la voluntad de dominar, el
orgullo, la vanidad... En cuanto a la tercera parte del cerebro, el neo-cortex,
que da al ser humano la facultad de pensar, es la más reciente y aún está
parcialmente desarrollado. Desde el
punto de vista de la evolución, es esencial de comprender que una parte del
cerebro humano es animal, y que esta naturaleza animal es responsable de la
mayor parte de sus pensamientos, emociones, y acciones. La cuestión es: ¿Como evitar esos efectos
secundarios negativos, ligados a la realidad de la presencia de los instintos
animales en el ser humano? ¿ Cual es la plaza justa de la naturaleza
animal en el hombre?
Cada uno expone una teoría o una idea según sus
condicionamientos o forma de pensar: es justo, es real, es bello, está bien... Ahora bien, cada calificativo reduce el mundo
y la realidad. La sola palabra justa que
puede calificar la perfección, ya que engloba y une todo, ha sido explicada en
muchas espiritualidades, Dios dice:” Yo
soy el que soy”. Eso es todo. No es posible
definirlo de otra manera. Cuando dices:
“Eso está bien” o “eso es justo” entras en un proceso de exclusión. Los
“justos” excluyen lo que es bueno y todo el resto, y los buenos excluyen
lo que es justo. Desde el momento en que
escoges, limitas lo real a tu percepción o a tu teoría de lo real y excluyes el
resto.
Al Origen de toda manifestación hay una forma de afirmación, una fuerza de
oposición. Si esta fuerza de oposición
está integrada, el proceso da origen a una tercera fuerza, la fuerza de
conciliación.
En la aceptación,
se aplica ese principio y ese proceso.
Mientras piensas
que algo se opone a ti, luchas contra eso.
En el momento
que aceptas una oposición, eliminas un obstáculo y te encaminas hacia la verdadera
libertad, TU MISMO.
1 comment:
Me encanta este blog, gracias
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